Samsara: El discípulo (comentario a la película)

Direción: Pan Nalin
Guión: Pan Nalin
Reparto: Shawn Ku, Christy Chung, Neelesha BaVora, Lhakpa Tsering, Tenzin Tashi, Jamayang Jimpa
Productores: Karl Baumgartner, Christoph Friedel
Productora: Fandango, Pandora Filmproduktion, Paradis Films
Distribución: Karma Films
Duración: 2:20

Los aspectos que llamaron mi atención y me hicieron reflexionar fueron los siguientes:

La naturaleza dotó al hombre con todas las características físicas para cumplir su destino biológico: la reproducción. Por lo anterior, el hombre no puede ignorar su naturaleza, ya que ésta siempre se manifiesta.

Los lamas tibetanos, al igual que los sacerdotes cristianos y tal vez en otros grupos religiosos cuyas prácticas desconozco, hacen votos de castidad, lo cual es un atentado contra la naturaleza humana y contra la propia espiritualidad que las religiones pretenden alcanzar.

En una de las escenas, Tashi le dice a su maestro que no es posible renunciar a aquello que no se ha tenido. Esta frase me parece fundamental, ya que me lleva al principio de polaridad, donde se plantea que un polo no puede existir sin su opuesto. Para que exista la unidad, los dos polos deben de estar presentes.

Así, cuando Tashi descubre que las enseñanzas y las prácticas a las que estuvo sometido en busca de la iluminación, no le han dado la libertad para vivir su sexualidad, que forma parte de sí mismo, se siente incompleto y traicionado, ya que menciona que aún a Sidharta se le permitió vivir en el mundo antes de renunciar a él, por lo que sale del monasterio en búsqueda de lo que su deseo sexual entiende como su vida.

Sin embargo, ya viviendo su elección y teniendo a su alcance todos los elementos para alcanzar la espiritualidad, no es capáz de percibir que a través de la vida cotidiana y no solo del sexo, puede alcanzar la iluminación que busca por lo que, cuando su maestro le pide que reflexione sobre qué es más importante, si cumplir todos los deseos o alcanzar uno solo.

Ante esta reflexión, entra en crisis debido a que se dejó llevar por su deseo de una mujer diferente a su esposa, por lo que la culpa le lleva a regresar al monasterio, a su vida monacal. Así, antes de reingresar al monasterio y a través de las palabras de su esposa, comprende que la iluminación puede ser alcanzada a través de vivir las propias decisiones en la vida cotidiana, viviendo como un ser humano completo, sin castigar los sentidos y no necesariamente a través de la vida monacal dedicada a la meditación.

Tashi leé una inscripción en una piedra, donde se pregunta qué cuál es la forma de que no se seque una gota de agua y la respuesta es, lanzándola al mar.

Interpreto que el hombre es como una gota de agua y para poder ser, debe lanzarse a vivir en el mar de la vida junto con el resto de las gotas de agua, a fin de no secarse como una gota aislada.